Lo que aprendí de Martín Berasategui

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Lo que aprendí de Martín Berasategui

Decir Martín Berasategui es hablar del nivel máximo de la gastronomía a nivel internacional. Cocinero nacido en San Sebastián, cuna de alguno de los mejores chefs del mundo. Cuenta con 8 Estrellas Michelin, 3 de ellas concedidas a su icónico restaurante Martín Berasategui Lasarte, que dentro de poco cumplirá los 25 años y por el que han pasado personalidades de todos los ámbitos, como la reciente visita del Rey emérito Don Juan Carlos y la infanta Elena. Pero Martín no se queda ahí y lleva su pasión por la cocina por todo el mundo a través de sus diversos restaurantes.

Antes de conocer personalmente a Martín Berasategui, la imagen que tenía de él, amén de su cara profesional, era la de una persona cercana y humilde. La típica persona que, sin conocerla, te cae bien. Después de haber tenido la oportunidad de charlar tranquilamente con él el día de la grabación, puedo decir que el 8 Estrellas Michelin no solo lo es en el mundo de la gastronomía, sino, mucho más importante, en lo personal.

No sé hasta qué punto Martín Berasategui es consciente de la cantidad de maravillosas lecciones que dice cuando habla. Yo no quise perder la oportunidad de tomar nota de todas ellas.

¿Qué he aprendido de Martín Berasategui? 

  • Que llegue uno donde llegue, no debe cambiar como persona. La influencia de sus padres y de su tía es latente. Son numerosas las ocasiones que habla de todos ellos, y siempre, con un amor y respeto absolutos. Precisamente estos tres pilares en su vida fueron los que le transmitieron la idea de que hay que trabajar duro para ser lo mejor que uno pueda en su profesión. Y nunca cambiar como persona. Es evidente que Martín Berasategui sigue siendo el mismo, con sus pies bien firmes sobre la tierra y con una humildad que derrocha por sus cuatro costados.

  • Que el talento es importante, pero mucho más el trabajo duro. Como dice Martín «Si tienes talento, pero no lo trabajas, no sirve para nada. Al talento hay que hacerlo correr». En su caso, reconoce que el trabajo es mínimo el 80% y el talento, un 20%.

  • Que la curiosidad y las ganas de aprender, deben acompañarnos siempre. Martín, después de 43 años de trabajo, considera que es más aprendiz incluso que cuando empezaba. Revolucionó la cocina cuando quiso aplicar la esencia del mundo de la pastelería y bombonería, donde las medidas han de ser exactas, al mundo de la cocina salada. ¿Por qué seguir haciendo las cosas siempre igual? Como dice el 8 estrellas Michelin «Está todo por hacer».

  • Que nadie consigue nada solo. A Martín no le gustan las personas que se definen como «hechas a sí mismas, autodidactas,..». Estamos donde estamos gracias a la ayuda de personas que se han ido cruzando en nuestro camino y nos han ido tendiendo sus manos. Querer atribuirse todo el éxito es no querer ver la realidad y pecar de soberbia. Por ejemplo, le estará eternamente agradecido a un remero francés, cliente del Bodegón Alejandro, que fue el que consiguió que en una pastelería de Bayona, formaran a un joven Martín. O el pastor Eusebio. La persona que, tras llegar Martín Berasategui con 21 años al Bodegón enfadado porque un banco acababa de rechazarle un préstamo para renovar el local, le avaló (después de poner bien firmes a los del banco).

  • Que la familia es lo más importante. Martín Berasategui es pura emoción cuando habla de los suyos. Sus padres, su tía, sus hermanos, su mujer Oneka y su hija Ane, de la que se siente tan orgulloso. Martín es quien es, gracias a todos ellos. Y estoy segura de que, todos ellos, son quienes son, en parte gracias a él.

  • Que la vida, aun no siendo fácil, es maravillosa. Las cosas no salen a la primera. Hay que luchar cada día por lo que uno quiere, por lo que a uno le hace feliz. ¿Existen granos negros a lo largo de la vida? ¡Por supuesto que sí! Pero son muchos más los granos de arena tan bonitos como los de la playa de La Concha en San Sebastián.

  • «Aquí y ahora». Cuando fuimos a grabar a Martín, estaban a pocos días de reabrir su restaurante Martín Berasategui Lasarte. Desde que llegamos, nos cruzamos con muchísimas personas trabajando en la puesta a punto de este emblemático lugar. Soy consciente de que aquel día, Martín tendría una agenda complicada, llena de cosas que hacer, posiblemente más importantes que la entrevista en sí. Pero cuando estuvimos con él, la sensación que nos transmitió en todo momento fue la de ESTAR. Y lo escribo con mayúsculas porque así fue. No tenía prisa ninguna, nos dedicó todo el tiempo que fue necesario, incluso más, cuando  nos enseñó alguno de los rincones del restaurante, como la bodega, fotos, recuerdos… Como él dice «soy disfrutón» y así es, cuando está haciendo algo, se entrega y se abre al 100%.

  • Que en la vida hay que tener mucho garrote. Esta palabra es la que le acompaña siempre. La que le define. Con ella quiere transmitir la necesidad de tener fuerza, arranque, ganas, ímpetu, pasión. Palabra que, con el permiso de Martín Berasategui, yo también he decidido usar.

De todo lo que Martín Berasategui nos contó, me quedo con la frase:

«Desde niño me enseñaron a sumar y a multiplicar. A restar y a dividir, me niego»

Martín Berasategui. Entrevistado por Marina estacio en MomentosMartín Berasategui

¡Gracias por todo, Martín! ¡Gracias por compartir tus momentos «garrote»!

Marina Estacio

By | 2018-04-04T13:23:22+00:00 abril 4th, 2018|Blog|0 Comments

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